Cuando esta foca llegó a la orilla, de inmediato encontró un nuevo mejor amigo. Y su preciosa sesión de abrazos me tenía con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Demasiado bello!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.