En Japón se realizó un experimento social para ver cómo respondían estos niños cuando un adulto dejaba caer su billetera. Lo que pasó después, tocó mi corazón. ¡Todos debemos ser más como los niños! Le hará sonreír.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.