Debido a que este señor vive en otro estado de la república no se le había podido hacer realidad su deseo de conocer a su pequeña nieta, hasta que por fin pudo hacer el viaje que nos regaló este sentimental momento.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.