Estos bailarines de tango dejaron a todos los espectadores con la boca abierta despues de haber bailado una pieza bastante complicada y en perfecta cordinación.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.