Vivimos rodeado de voces que nos dicen “persigue tus sueños”, “lucha por tus sueños”, “cuida tus sueños”, otros dicen “este es el año del cumplimiento de tu diseño profético”, “hay un rompimiento para que tus planes se cumplan” y así sucesivamente.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.