A la pequeña Ana Claudia le encanta cuando su abuelo toca el acordeon y a todos nosotros nos encanta ver como se pone a bailar con la múscia que toca su abuelo. Un tiempo muy tierno entre nieta y abuelo.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.