Este gran proyecto tomó catorce años en ser terminado pero el resultado es increible. Podemos ver como pasa el tiempo y como una bebita pasa de recien nacida a tener catorce años en tan solo unos minutos.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.