Este señor se puso a contar los billetes que tenía mientras que su hermosa pequeña bebé no paraba de reír al ver como su papá contaba. Naturalmente la hermosa y contagiosa risa de la bebita se le pegó a los papas y tambien se te pegará a ti!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.