Durante la recepción de la boda el padre de la novia sorprendió a todo el mundo con esta canción que él mismo compuso y dedicó a su hija. La interpretación fue tan hermosa que muchos de los presentes quedaron en lágrimas al escucharla.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.