Para celebrar su cumpleaños número 85 esta señora se fue a jugar a la nieve para hacer pequeños angelitos por todos lados. Ella prueba que la edad no es más que solo un número.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.