Quien se hubiera imaginado la inteligencia tan impresionante de un cerdito, esta se llama Moritz y vaya que es lista, mira como pone las piezas de este rompecabezas en su lugar.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.