Todas las mañanas este señor encuentra a la puerta de su casa a un montón de gatos callejeros que amablemente le piden de desayunar todos al unísono. Qué tal tener un grupo de amigos como este?
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.