El se encontró a un cerdito perdido en medio de la calle por lo que empezó a buscar a su dueño, pero cuando se dio cuenta de quien era el dueño y que hacian con los cerditos mejor se lo quedó para él y le dió un mejor futuro.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?