Después de que el juez Simon detuvo a este niño de interpretar su primera elección de canción, el niño tuvo que tomar una ruta diferente…¡Y asombró a todos! Incluso al juez que lo paró. ¡Qué talento dado por Dios.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.