Cuando ella ordenó su desayuno habitual no tenía idea de lo que le esperaba en la ventanilla de autoservicio. Pero este es sin duda un desayuno que nunca olvidará. ¡Su reacción no tiene precio!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.