Un niño pequeño sin una chaqueta estaba temblando de frío en una parada de autobús en Noruega. Cuando las personas lo vieron, ellos estaban confundidos, pero luego demostraron cómo los seres humanos pueden ser bondadosos.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.