Unos buenos samaritanos escondieron algo especial para que esta mucama lo encontrara mientras ella hacía una cama. ¡Ella estaba tan feliz, ni siquiera podía procesar esta sorpresa!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.