Esta pequeña, llamada Joey, fue abandonada unos días después de haber nacido. Ella no tenía pelo y no podía hacer nada. ¡Pero un nuevo papá llegó al rescate y salvó el día!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.