Esta familia se tomó la misma foto una vez cada año por 23 años seguidos para ver como pasan los años delante de sus propios ojos y para ver el crecimiento de su hijo y el de los mismos padres.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.