A sus 105 años ese señor tuvo el privilegio y la gran bendición de conocer por primera vez al miembro mas nuevo de la familia, su tataranieto. Que bonita y emotiva reunion.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.