Cuando la pierna de este hombre se deslizó entre el tren y la plataforma, los que pasaban sabían que esto podría convertirse en algo realmente trágico. ¡Estos desconocidos se unieron para hacer algo increíble!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.