Entonces Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y no peques más”. – Juan 8:11

¿Te sientes culpable? La culpa es una de las grandes causas del sufrimiento humano. Cuando la culpa nos invade, es muy difícil deshacernos de ella por nosotros mismos. Por más que recibamos el perdón de la persona a quien ofendimos, por ejemplo, la culpa igual nos sigue atormentando y no nos permite perdonarnos a nosotros mismos. Sentimos que fallamos, que no conseguimos hacer lo que es correcto.

Entonces, ¿será que hay cura para la culpa? ¡Sí, la hay! Es sólo que la cura no está dentro de nosotros, sino en la cruz del calvario. Fue allí donde Cristo murió para curarnos a ti y a mí de todas nuestras culpas. Por eso, confía en Jesús. Él dio su vida para que nuestros pecados, los cuales generan culpa, no nos condenen más.

No cargues más culpas sobre tus hombros. ¿Cometiste un error? ¿Estás arrepentido? Entonces, ¡confiésale y confía en el perdón de Jesús! Aprovecha la oportunidad que Cristo te da, y recomienza tu vida sin culpa y en paz.

ORACIÓN: Gracias, Señor Dios, porque enviaste a Jesús a pagar por todos mis pecados. Gracias a su sacrificio mi culpa es perdonada y puedo vivir en paz, con la certeza de que tú me amas. Amén.

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