Muchos dicen de mi alma: Para él no hay salvación en Dios. (Selah ) Mas tú, SEÑOR, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé al SEÑOR, y El me respondió desde su santo monte. (Selah) Yo me acosté y me dormí; desperté, pues el SEÑOR me sostiene. No temeré a los diez millares de enemigos que se han puesto en derredor contra mí. Leer La Biblia