En una vuelta al supermercado este pequeñín descubrió que las puertas automáticas eran nada más y nada menos que magia pura! Un buen recordatorio de cómo apreciar hasta las cosas más sencillas!
Como seguidores de Cristo y creyentes de Sus promesas a menudo dejamos de concentrarnos en JESÚS y en cambio nos concentramos en nuestras presentes circunstancias. Queremos caminar por fe pero eso puede ser un largo camino…