Esta muchacha se había ido al campamento militar a recibir su entrenamiento por 3 meses y medio, al regresar a casa de su larga ausencia, su siempre fiel compañía canina la recibió con mucho gusto, cariño y emoción.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…