Estos niños juegan a saltar la cuerda en medio de la calle de su vecindario como muchos niños lo hacen, la diferencia aquí la hace su mascota, un simpático perrito que ayuda a sostener y mover la cuerda para que ellos puedan saltar.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…