Estos niños juegan a saltar la cuerda en medio de la calle de su vecindario como muchos niños lo hacen, la diferencia aquí la hace su mascota, un simpático perrito que ayuda a sostener y mover la cuerda para que ellos puedan saltar.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?