Zayla la perrita está tan emocionada por jugar con su dueña que casi no puede esperar a que se despierte de su siesta. Verdaderamente que son leales y muy tiernos todos los cachorritos.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?