Christopher Duffley nació prematuramente como hijo de drogadictos, pesando un kilo y ciego. Fue milagrosamente rescatado por su tía, y no aprendió a hablar por seis años. Por eso todos se maravillaron el día que ¡de repente abrió su boca y cantó a tono perfecto! ¡Precioso regalo de Dios!