Con ésta canción Roberto Orellana nos invita a recordar que cuando habitamos al abrigo de Dios no tenemos nada que temer puesto que su proteción y cuidado están con nosotros siempre hasta el fin del mundo.
Como seguidores de Cristo y creyentes de Sus promesas a menudo dejamos de concentrarnos en JESÚS y en cambio nos concentramos en nuestras presentes circunstancias. Queremos caminar por fe pero eso puede ser un largo camino…