Los mellizos Royce perdieron trágicamente a ambos padres cuando eran muy jóvenes. Ellos fueron bendecidos con un padre adoptivo increíble, y el don que Dios les dio para la música realmente les ayudó a superar todo. ¡Y escucharlos cantar ‘No me Rendiré’ me dio escalofríos y lágrimas! ¡Guau, esas armonías!