Vosotros, pues, orad de esta manera: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. “Danos hoy el pan nuestro de cada día. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén.” Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones. Leer La Biblia