Mire el lado derecho de la pantalla y observe al hombre vestido de rojo para ver este milagro. Estaba a sólo unos segundos de la muerte, cuando Dios lo salvó. Me imagino que esto definitivamente cambiará su perspectiva. ¡Guau!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.