Estos tres gatos estaban muy atentos a cada movimiento que hacia la paloma enfrente de ellos, pero nunca se dieron cuenta que el perro de la casa iba a empezar a ladralre a la paloma y en cuento lo hizo, los gatos saltaron hasta el techo del susto.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…