Estos tres gatos estaban muy atentos a cada movimiento que hacia la paloma enfrente de ellos, pero nunca se dieron cuenta que el perro de la casa iba a empezar a ladralre a la paloma y en cuento lo hizo, los gatos saltaron hasta el techo del susto.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?