En plena luz del día y en medio de la plaza uno a uno empezaron a salir de la nada un grupo de personas con instrumentos hasta formar toda una orquestra callejera para el deleite de todos los presentes.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…