Estos padres jóvenes toman a sus bebés en brazos por primera vez con gran emoción, y sus esposas quedan conmovidas de felicidad y sin palabras. No se va a poder contener las lágrimas. ¡La familia es una bendición de Dios!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.