La vida en las calles es muy dura y solitaria, pero que bueno que hay gente solidaria y altruista que piensa en ayudar a los mas necesitados sin pedir nada a cambio. ¡Mira esta gran sorpresa!
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?