El humano de este gatito es sordomudo, pero eso no detiene a este precioso gato de ser escuchado. Hace el gesto para la palabra “”comer”” cuando quiere su merienda. ¡Qué dulce es esto!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…