Fia ya estaba cansada de jugar, cuando su pelota favorita rodó fuera de su alcance. Y ver como esta preciosa, pequeña perezosa intenta conseguir de nuevo la pelota me hizo reír. ¿¡Qué tan linda es ella!?
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.