Debido a que este señor vive en otro estado de la república no se le había podido hacer realidad su deseo de conocer a su pequeña nieta, hasta que por fin pudo hacer el viaje que nos regaló este sentimental momento.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?