Cuando el perro de Paula se perdió su hijo se sintió muy triste pero gracias a la ayuda de buenos samaritanos del pueblo lo pudieron encontrar. Paula grabó el emocional encuentro entre el perro y su dueño y es de lo más conmovedor.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?