Yo creo que lo que más le gusta de su ruta a este señor de la basura es el llegar a esta casa para poder jugar un rato con el perro. Los dos se llevan muy bien y siempre se saludan. ¿Quien dice que no se puede hacer amigos en el trabajo?
Si tú pudieras explicarle al polluelo que un día verá todo esto con sus pequeños ojos y que podrá volar con sus pequeñas alitas, tampoco lo creería. Igual sucede con muchas personas que no creen en lo que está por venir en esa vida futura, todo porque están envueltos en su cascaron terrenal.