La pequeña Chloe fue al centro comercial con su papa y al ver que la gente bajaba por las escaleras eléctricas les quiso dar la despedida una por una. Su inocencia y buenos modales hicieron que la gente sonriera.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…