Cuando los cuerpos de las víctimas fueron transportados de vuelta a casa después de la trágica caída del vuelo Malasia 17, algo realmente hermoso sucedió. Cuando empezaron a aplaudir, una señal de respeto en Holanda, todo mundo sollozó!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…