Es el cumpleaños de la pequeña Kiki y su familia tiene una preciosa sorpresa esponjosa para ella. La alegría que la conmovió al ver a su perrito llevó a todos a las lágrimas, incluyéndome a mí. ¡Demasiado dulce!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.