Cuando este pequeño individuo anotó un gol, la multitud enloqueció. Pero esa no fue la mejor parte. Espere hasta que vea su reacción. ¡No tiene precio!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…