Puede ser que Spencer no sea capaz de silbar, pero él sí puede convertir cualquier día en un día fantástico. Este pequeñito hace su mejor esfuerzo, y ¡es imposible no sonreír!
Si tú pudieras explicarle al polluelo que un día verá todo esto con sus pequeños ojos y que podrá volar con sus pequeñas alitas, tampoco lo creería. Igual sucede con muchas personas que no creen en lo que está por venir en esa vida futura, todo porque están envueltos en su cascaron terrenal.