Lila ama a su perro Lucy. Y Lila acaba de descubrir ¡que puede abrazar a su perrito preferido! ¡Viendo su alegría creciente es puro deleite! ¡Los bebés son una bendición de Dios!
Si tú pudieras explicarle al polluelo que un día verá todo esto con sus pequeños ojos y que podrá volar con sus pequeñas alitas, tampoco lo creería. Igual sucede con muchas personas que no creen en lo que está por venir en esa vida futura, todo porque están envueltos en su cascaron terrenal.